El londinense Evening Standard lanzó ayer una tarjeta de prepago (tipo Bip!), para vender diarios desde dispensadores en el metro, sin monedas y a un precio rebajado.
La tarjeta se recarga en internet y además ofrece promociones: puntos, canciones ITunes gratis, etc. Antes ya había propuesto algo así The Sun.
La idea, tal cual, es aparatosa y del todo impracticable acá.
Pero podría adaptarse.
Usando la tarjeta Bip! para comprar -digamos- LUN en dispensadores en el metro y por qué no, en paraderos y dentro de las micros, en buses y metrotrenes, en hospitales y clínicas, al paso en bencineras y estacionamientos, en escuelas al dejar a los niños, y en cientos de lugares triviales e insólitos, céntricos y periféricos.
El diario -me refiero al amasijo de papel- es hoy más que nunca un asunto de "oportunidad de encuentro".
Las noticias -los contenidos- están en todos lados. La oportunidad de encuentro fácil con el papel, no.
Pero incluso eso ya no será suficiente.
El Evening Standard justifica su tarjeta diciendo que nos movemos hacia un mundo "cashless" (sin dinero en efectivo). Se quedan cortos. El mundo de los medios offline terminará adoptando sí o sí la lógica de la web: GRATIS.
Y ojo: es una buena noticia. Como dice Jarvis -a propósito del cierre del TimesSelect del NYT*, "el costo de cobrar por contenidos es demasiado alto":
Es el vínculo lo que tiene valor. Es el vínculo (con la audiencia) lo rentable, no el control de los contenidos o de la distribución. Esa es la moraleja esencial de la historia de internet para los medios.
Entregar el diario gratis, cuando y donde la gente lo necesite, hace rato es un gran negocio. Pero lo será aún más radicalmente.
A los diarios pagados les conviene estar atentos y actuar rápido. Antes que aparezca alguien y despierte a la gente de la cómoda falacia "diario gratis = diario penca".
*Lo que me recuerda esa estulticia incomprensible y absurda que es El Mostrador.cl pagado.