27 de mayo de 2007

LUN Y LA GRAN CONVERSACIÓN

Las Últimas Noticias se propuso ser el diario con el contenido más comentado del país. Ofrecer los temas sobre los que cada día conversan los chilenos.

Sin embargo, en su sitio web, LUN conversa poco con sus lectores.

Posee una de las audiencias online más grandes, sólidas y fieles de Chile. No obstante, no pueden hacer suyo el contenido de LUN porque el diario los obliga ser lectores pasivos: LUN habla, sus lectores escuchan. Eso no es muy “web 2.0”. ¿Y por qué debiera serlo?

La web 2.0 es entregarle los medios a las personas. LUN podría permitirles contribuir y comentar cada item de contenido (incluso el publicitario). Recomendar y rankear noticias. Enviar artículos a amigos más directamente. Poner contenidos LUN en sus propios sitios y blogs. Agregar sus opiniones a las críticas de cine o de TV de Larry Moe. Conversar directamente con los periodistas que hacen las notas o hacerles preguntas a los protagonistas de las noticias. Discutir en foros temáticos.

Incluso, que cada lector tenga su propio espacio personalizado en el diario, con sus fotos, sus videos y sus noticias favoritas, desde el que pueda interactuar con otros lectores, etc.

Es decir, permitirles verse más reflejados en el diario y crear una comunidad –o más bien potenciar la comunidad que ya existe en torno al diario. Esto crea un vínculo indestructible con la audiencia.

Muy probablemente, el futuro del consumo de medios estará en el entrecruce de los generadores de contenido periodístico (como LUN) y de las comunidades que se aglutinan en torno a intereses o contenidos propios (como Fotolog.com). La audiencia es cada vez más una red social. Rupert Murdoch, uno de los grandes barones de los diarios, lo leyó hace tiempo y compró MySpace.com, una de las comunidades online más grandes en EEUU.

Aún en el modelo actual, LUN tiene todo para afrontar este desafío.

Su sitio web es una de las apuestas más interesantes y radicales que hay entre los medios nacionales. No sólo porque, al ocupar la pantalla completa, devuelve algo de la experiencia sensorial de estar delante de una página en papel. Sino también porque esta estrategia le permite, en teoría, sumar linealmente a sus lectores de papel con sus visitantes online, pudiendo declarar más de 600 mil pares de ojos diariamente para la publicidad de sus avisadores.

Esto último no es trivial en absoluto: desarrollar modelos que permitan rentabilizar a los lectores online hoy es tan difícil como urgente. Y, en un mercado publicitario que no entiende –o no quiere entender- la web, lograr “hacer pasar” a los lectores online como si fueran lectores “normales” es un gesto de gran astucia (reconocido internacionalmente).

Pero Internet, repito, no puede dejar de ser interactivo.

La experiencia de consumo es clave. No puede ser lo mismo leer LUN en el sofá, en el baño, o echado hacia atrás en un asiento de la micro o de la plaza, que estar inclinado frente al computador. Es una experiencia y una disposición física y emocional completamente distinta. Una es la total distensión y la otra es una postura que te predispone al ataque, a la cacería de contenidos, que invita a involucrarse, a actuar, a participar. Y no es bueno frustrar esa disposición.

Hacer periodismo hoy es engancharse en una gran conversación con la gente. ¿Qué esperamos para entrar en ella?

10 de mayo de 2007

EL CIUDADANO FURIBUNDO

::::::::::: Estimadas autoridades, Señores parlamentarios:

Querían escuchar la voz de la gente?

Querían ciudadanos involucrados?

Empoderados?

Bueno, ahora van a tener que escuchar lo que este señor tiene que decirles.

Una extraña y explosiva mezcla de Bardón+Bonvallet+Villegas, que está incendiando la web vía YouTube.

Observen este comentario sobre la gestión del Ministro Cortázar. Un misil.

DIARIOS POR UNA CAUSA

::::::::::: Bolsas plásticas y restoranes chantas en peligro. En las portadas de ayer del Toronto Star (Canadá) y el Chicago Sun-Times (EEUU). J.A. Giner y Alan D. Mutter tienen razón: estas campañas ciudadanas en diarios funcionan. Conectan con el público. Movilizan. Crean una agenda local, ciudadana. Muestran el compromiso del diario con la comunidad. Y, no menor, venden muchos ejemplares. Intuyo que no son muy populares entre nuestros periodistas (les parecen algo ñoñas). Pero estoy seguro que sí lo son entre los lectores. Único previso: hay que investigar y reportearlas en serio.

7 de mayo de 2007

¿MURDOCH DE COMPRAS POR AMÉRICA LATINA?

Es sólo una idea. Al menos por ahora. Ruperto Murdoch, nos informan, está más preocupado de conseguir un nuevo juguete: Dow Jones y el Wall Street Journal. Pero hagamos un poco de “media ficción”.

A Murdoch le fascinan los diarios y le gustan las grandes marcas. Compra medios para hacer muy buenos negocios y para aumentar su colosal influencia política. Opera con una lógica transnacional desde mucho antes de que escucháramos la palabra “globalización”. Y lo más notable, es reconocidamente de los pocos magnates que, habiendo hecho su fortuna en los medios tradicionales, posee una visión muy de punta en nuevos medios.

Con estos antecedentes, ¿qué pasaría si don Ruperto se viniera a dar una vuelta al barrio, silbando y haciendo tintinear las monedas en sus bolsillos?

Pienso que se fijaría en los grandes diarios latinoamericanos.

  • Tienen marcas sólidas y prestigiosas.
  • Tienen, agregadamente, una masa considerable de lectores.
  • Tienen una posición sólida en los mercados publicitarios de sus países –tal como funcionan hoy.
  • Son aún altamente rentables.

Sin embargo…

  • Son elefantes con costos de operación elevadísimos.
  • Están enfrentando entornos cada vez más competitivos, que reducen sus márgenes.
  • Están fuertemente orientados –e identificados- con el papel.
  • Sus modelos de negocio online están aún en pañales.

Más de alguien podría pensar que el futuro del negocio, actualmente saludable, en el largo plazo podría ser incierto.

Para los oídos de Murdoch, en cambio, esto sería música: mercados accesibles, desafíos de largo plazo, oportunidades de negocio e influencia (hiper-local y en la periferia, pero influencia al fin), y aumentar los puntos de su red global de contenidos.

(Está el pequeño inconveniente de la restricción a la propiedad medial a extranjeros, pero me imagino que cuando uno realmente quiere vender, eso se arregla con algunos abogados).

Murdoch ofreció US$5.5 mil millones para que la familia Bancroft le venda Dow Jones, compañía que poseen hace más de cien años. Esa oferta equivale a un premium de 65% sobre lo que valía cada cada acción al momento de hacer la oferta. Nadie puede decir que está blufeando. Llegado el momento, me pregunto ¿qué harían las familias que controlan los diarios más importantes de Chile y Latinoamérica si un magnate global les ofreciera “una oferta que no se puede rechazar”?

6 de mayo de 2007

VENDER MEJOR LA MERCADERÍA

El Mercurio y La Tercera están enfrascados en una disputa publicitaria por quién es el más vendido y el más leído. Eduardo Arriagada lo comentó en El Medio Blog, dando una visión muy meticulosa y matizada de los números.

El Mercurio sigue siendo de lejos el diario más importante -en la percepción de los lectores-, el que tiene un pedazo más grande de la torta publicitaria y el líder en circulación. Pero a mi juicio lo más relevante es atender a la tendencia. Y la tendencia favorece hoy innegablemente a La Tercera.

Hay muchas explicaciones para esto.

Pero sin duda una de las importantes es esta:

La Tercera vende mejor su contenido. Está comunicando mejor su oferta.

Los lectores no necesitan que les recuerden lo que vieron en TV la noche anterior, o lo que leyeron en Internet varias horas atrás.

Los lectores necesitan respuestas. Y el diario debe dárselas clara y directamente.

Hoy más que nunca, los diarios no pueden fallar en el desafío de responder la pregunta clave: "¿por qué?"

1 de mayo de 2007

Campañas en la era YouTube: autenticidad o nada

Lo hemos visto cientos de veces.

El candidato, escoltado por un alcalde y/o un diputado de la zona, por sus guardaespaldas –y precedido por la nube de periodistas y camarógrafos- se pasea por una feria libre. Reparte abrazos, sonríe como autómata, saluda a los caseritos desde lejos, por ahí recibe un gajo de naranja pelado en el momento. Avanza lo más rápido que puede. Un transeúnte lo detiene para hablarle. El candidato hace como que lo escucha. Está muerto de susto, teme un exabrupto.

Lo vemos por TV, pero nadie puede creer que está teniendo una conversación real. Nadie puede creer que la quiere tener, ni que le importe.

Usan a los feriantes para impostar una cercanía imposible de tragar. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que los feriantes se dan cuenta (clásicamente, la nota se cierra con un “shhh, vienen pa’ acá pa elección no más”). Y los televidentes nos damos cuenta que nos usan a nosotros y a los feriantes. Un fiasco completo.

Las campañas tradicionales apestan a falsedad.

Joe Trippi, el jefe de campaña de John Edwards en EEUU, dice que las campañas tradicionales “le entregan un mensaje claro a la gente: tu opinión no cuenta”. Tiene toda la razón. Parecen decir: yo hablo, tú escuchas. La receta perfecta para alienar al electorado.

Hoy en día, para hacer campañas en serio es imprescindible que el candidato tome el mayor de los riesgos: que sea él mismo.

Autenticidad o nada. Es la única posibilidad de sobrevivir en el nuevo escenario medial, donde el candidato ya no es el exclusivo protagonista ("mírenme, soy maravilloso").

Me acordé de todo esto al ver este video de David Cameron, el candidato inglés a primer ministro. Está en inglés, pero da lo mismo. Vean la calidad de la interacción que muestra. Comunica una cercanía y una intimidad muy poco usual entre el candidato y el ciudadano. El protagonista no es él, sino el la conversación y el contacto con el otro. Una pieza magistral.