Acabo de ver esta noticia en el sitio de The Guardian:
Telegraph gets tough with bloggers
"The Daily Telegraph launched a crackdown on its bloggers today, ordering them not to blog about the paper and exercise caution about revealing journalistic "tricks of the trade" as it sought to limit the fallout from relevations about its reporting of Saddam Hussein's execution".
El Daily Telegraph es el diario inglés de los conservadores. Todo un brontosaurio de la industria medial. Recuerdo que hace poco hicieron un escándalo porque la Tate Gallery le concedió una sala a Tracey Emin , una de las artistas de vanguardia más importantes en Gran Bretaña. El motivo: se atrevió a insultar a lady Thatcher en una de sus obras (Hate&Power can be a terrible thing).
Ahora, fiel a su estilo, según esta noticia, persigue a los periodistas que bloguean en el mismo diario por el pecado de discutir en público acerca de cómo el diario hace su trabajo. Es decir, se esfuerzan en controlar y reprimir a la gente que podría hacer más relevante su diario. Es razonable que para un diario sea difícil aceptar la crítica que surge desde el interior mismo del medio. Pero si realmente quieren sobrevivir, los diarios deben apretar los dientes y tener el coraje para aguantar. No sólo no censurar esa discusión, sino estimularla.
El episodio del Telegraph es aún más autogol, considerando que los lectores de blogs son, por lo general, un segmento más joven, más informado y con más opinión, al que todos los diarios en el mundo están tratando de acercarse. Quién los entiende. Se acabarán las piedras, pero...
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