Costó, pero finalmente la TV superó el complejo provinciano de no aludir a la competencia. Por años soportamos la odiosa frasecilla de que “en un canal amigo” había ocurrido tal o cual cosa. Hoy los programas –sobre todo en los de farándula- aluden sin problema a rostros, programas, eventos o noticias que ocurrieron en otro canal. Incluso muestran imágenes del programa “amigo” para enriquecer la entrega y motivar el comentario y el “análisis exhaustivo” de la copucha.
Pero… ¿qué ocurre en los diarios?
Es claro: en este respecto la prensa chilena se maneja –casi siempre- con pudores y temores propios de la TV de los ochenta.
¿Por qué latercera.cl, cuando abordó –muy decididamente, por cierto- la cobertura de Schaulshonn y su “ideología de la corrupción”, no podía linkear a la entrevista en El Mercurio que inició todo?
¿Por qué elmercurio.cl o emol, que le han hincado el diente con fuerza al pseudo-escándalo de las becas presidenciales, no puede linkear a la columna de Pato Navia que abrió los fuegos?
Ocurre que la forma de consumir las noticias está cambiando cada vez con más fuerza. La “fuente de información única” es algo que está desapareciendo en nuestras narices.
La web es “preeminente” como plataforma para la generación del contenido, como dijo ayer el editor de The Guardian, Alan Rusbridger. Sin ir más lejos, el rediseño del USA TODAY, lanzado hace una semana (ver post anterior), incorpora la posibilidad de revisar, desde el mismo sitio, las noticias relacionadas que publica la competencia.
Ellos tiene claro que la esperanza de ser la “fuente única” es una ilusión ridícula. En cambio, la oportunidad está en posicionarse como la fuente primaria o preferida. ¡Elemental!
Aludir al trabajo o los golpes de la competencia puede ser peligroso si es que mi oferta de contenidos al respecto es tan mediocre que no agrega nada. Probablemente en tal caso no vale la pena siquiera intentar cubrir el tema.
Pero cuando tu cobertura es agresiva, y sale a luchar la “propiedad” del tema con reporteo de calidad, con información y datos nuevos que hacen avanzar el tema, entonces linkear a la nota que inició todo simplemente se traduce en darle un servicio aún más completo y sólido al lector.
Hay que focalizarse entonces en generar contenidos con valor propio, y ser capaces de destacar el diferencial que aporta mi oferta. Si no se logra eso, con o sin link a la competencia, el medio se hundirá igual.
No hay de qué temer. Si mi oferta está agregando valor, el lector que sigue el link a la competencia, de seguro volverá.
7 de marzo de 2007
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6 comentarios:
Te felicito sinceramente, Luis.
Cuando quiero estar al día con el periodismo de punta que se hace en el extranjero -y no con el periodismo de putas que se hace en los canales de TV y tabloides chilenos- lo primero que hago es entrar a tu blog.
Y, a la vez, ese enfoque renovado ayudaría a terminar de una vez con el tonto recelo que impide siquiera proponer temas en pauta "porque ya salió" en otro diario o revista (como si los no periodistas leyeran toda la prensa chilena a diario).
Muchas gracias Tábano. Muy estimulante tu comentario.
Y como como dice Marisol, sería buenísimo acabar con esa cultura mediocre y paranoica de no cubrir lo que ya salió en otros medios (igual ya está pasando en parte). Tu frase me recordó una vez a un editor de un diario "amigo" de Santiago, que no quiso seguir una nota argumentando: "No quiero que piensen que nos pautea El Observador de Quillota".
A mi lo que más preocupa de todo esto, es que bajo este funcionamiento, están demostrando que como profesionales de medios son incapaces de aportar un valor agregado a la información, y de paso delatar su imposibilidad de presentar otro punto de vista al debate. Preocupante.
Saludos
El origen del problema es profundamente chileno: desconocer el trabajo del otro. Con todo, el primer diario que sea capaz de linkear a otros como práctica editorial, ganará la gran pelea actual: acceso a la información relevante con solo un clik.
Hay otra variable del fenómeno "querer ser la mejor fuente": cuando se plagian los temas y los textos sin citar su origen. Generalmente en estos casos, quien inició el tema no tiene tanta importancia (mediática) que quien plagia, muchas veces una autoridad (mediática).
Como la autoridad siempre está en la necesidad de verse más "autoridad", apela a esta originalidad alternativa de hacer resonancia en un tema, sin tener la humildad de citar sus fuentes, para que el beneficio del aplauso no sea endosable a quien generó la idea.
El ejemplo más claro: cuando han habido profesores universitarios utilizando a título personal las memorias de sus ex alumnos.
A fin de cuentas, como claramente lo ha dicho el señor Larraín, se trata de la extensión del vicio chileno de "desconocer el trabajo del otro".
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