Una breve coda respecto al pseudo affaire Belisario-GasValpo-Extend: la querella que no iba a ser y que finalmente fue.
En medio de todo este asunto -en sí mismo un asunto menor, convengamos- lejos lo más llamativo ha sido el pudor de La Tercera. Un pudor que no le conocíamos en estos temas.
Inexplicablemente, el diario ni siquiera mencionó el asunto, ni menos la palabra "Extend" durante toda la semana.
Cuando Belisario reculó y decidió patrocinar la querella (evidentemente influido por la mini-polémica), La Tercera le dedicó un recuadro y reportó sólo el simple hecho de que se hubiera querellado. Como si ésa fuera la noticia. De su vínculo con Extend, al que el mismo Velasco se refirió públicamente al menos dos veces, nada.
El Mercurio lo mencionó, pero el único que lo levantó, siguió y reporteó como tema fue LUN, "el diario farandulero". De hecho, fue el único que conectó con el sentido común más elemental, titulando el jueves "Gran voltereta de Belisario: ahora va querella".
Pero la señal más insólita apareció en QuéPasa esta misma semana. En la sección de negocios publicaron una columna de Cristóbal Undurraga -acerca de cómo es la vida de un estudiante chileno de MBA en Stanford-, a quien presentan en la bajada como "ex gerente general de una empresa chilena".
Ex gerente de... ¿¿"una empresa chilena"??
Cristóbal Undurraga era gerente general de Extend hasta antes de irse a Stanford. ¡¿Qué hay de malo en mencionarlo?!
Si leyera la columna en DatoAviso, tal vez no me extrañaría. Pero... ¿en QuéPasa, cuya fortaleza es hacer gárgaras con nombres, cargos, empresas, familias, holdings y todo tipo de cruces entre ellos...?
Tal vez estoy siendo demasiado ingenuo o demasiado suspicaz, pero me resulta algo paranoico. Copesa al parecer se está mareando más de la cuenta. Todos sabemos que los medios y las empresas de comunicaciones conviven en una relación simbiótica. Es cierto que no es una relación muy transparente, pero es una realidad y está ahí.
Las empresas de comunicaciones hacen un trabajo necesario y altamente demandado, y tratan de pasar inadvertidas, lo que en principio es absolutamente legítimo.
Pero el punto aquí es más básico y tiene que ver con los medios: cuando una empresa (la que sea, incluso si es la del dueño del diario) se convierte en la noticia, mi trabajo como medio es mencionarla y cubrirla.
Si no, simplemente, no estoy haciendo mi pega. Y mis lectores -bastante más entrenados en reconocer estas sutilezas de lo que muchos imaginan- lo van a sentir y resentir.
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