En este seminario Solari compartió, entre otros, con expertos electorales europeos y norteamericanos. Los estadounidenses, en particular, tienen una larga tradición en campañas agresivas, sucias, magistrales en el golpe bajo. "Negative campaigning", que le llaman.
Independiente del efecto de largo plazo sobre el sistema político entero, los gringos las han usado mucho porque tácticamente han sido muy efectivas. En Chile, como sugiere Solari, este tipo de campaña es muy poco popular. Por el contrario, en comparación a otras realidades, Chile es puro "fair play" (repito: comparativamente).
La frase destacada me hizo reflexionar respecto al posible efecto del creciente y revolucionario uso que los actuales candidatos estadounidenses le están dando a Internet. Tanto Hillary, como Barack Obama y John Edwards están usando herramientas como YouTube de manera muy intensiva para enfatizar una conversación constructiva y directa con los electores.
Con todo esto, tal vez (y sólo tal vez) esa saludable costumbre chilena, la preferencia por el positive campaigning, podría empezar a volverse más popular a nivel global.
No hay comentarios:
Publicar un comentario